Se fotografía la torre de la iglesia a través de lo que el objetivo no capta, sino que se beneficia del reflejo que se produce en el cristal de la ventana.
Parece que la pared acaba donde el marco de la ventana y que detrás se observa la iglesia. Continuidad visual que si no llega a ser por dicho marco, no se apreciaría que lo que hay detrás es el reflejo y no la realidad en sí.
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